LA GRAN TRAICIÓN
Finalmente, se cumplió la peor de las expectativas. CCOO y UGT han firmado, un día antes de que se acabara el plazo, el documento para la "reforma", léase para el recorte de las pensiones que está impulsando el gobierno Zapatero.
CONSUMARON LA TRAICIÓN
Finalmente, el 27 de enero,tras muchas reuniones públicas y más o menos ocultas, los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez han avalado el plan de reforma de las pensiones que impulsaba el gobierno de Zapatero.
Seguirá siendo posible jubilarse a los 65 años, sí, pero sólo para los que hayan cotizado 38 años y medio. A cambio, se cruzó la "línea roja": la jubilación "normal" será a los 67 años, si quieren hacerlo con el 100% de la pensión. También será posible jubilarse a los 63 años con una "penalización".
No falta nada en el plan. La elevación de la edad de jubilación a los 67 años, el aumento del número de años cotizados para tener derecho a la pensión completa, la mayor "flexibilidad", todo. No hay por donde cogerlo. Cuando el paro alcanza el 20 %, cuando el paro juvenil es endémico, cuando la mayoría de jóvenes se acercan a los treinta años por abajo o por arriba cuando comienzan a trabajar, se dificulta aún más hacer efectivo del derecho a una pensión digna.
No hay cómo esconderlo. Se trata de un recorte de las pensiones (el gobierno calcula que del 15 %), se trata de un ataque a la clase trabajadora en general y a los y las jóvenes en particular. Y CCOO y UGT no sólo lo avalan, sino que asumen el protagonismo de defenderlo.
Porque no nos engañemos. Este ha sido el acuerdo posible hoy para la burguesía. El mismo día 28 las patronales CEOE y CEPYME han saludado el acuerdo como un paso adelante para favorecer "la refinanciación de las empresas". Cándido Méndez ha destacado el papel de Durán i Lleida, líder de CiU en permitir el acuerdo, ya que fue este burgués católico nacionalista catalán quien impulsó la enmienda a las recomendaciones del "Pacto de Toledo" para la reforma de las pensiones que permitía la "flexibilidad" para la jubilación a diversas edades. Recordemos que estas "recomendaciones" fueron votadas también por el PP
UN BALÓN DE OXÍGENO PARA EL GOBIERNO
Esta firma se constituye en una auténtica inyección de vida para el gobierno de Zapatero. Hoy más que nunca éste está dispuesto a agotar la legislatura, por mucha "sed de urnas" que diga Rajoy que hay, aplicando todas las reformas que las burguesías española y europea están exigiendo.
Pero este pacto de CCOO y UGT se presenta como un intento de evitar que este agotamiento de la legislatura signifique un suicidio del gobierno. Pacto con CCOO y UGT, junto a poner a Rubalcaba, el represor, como sustituto de Zapatero en las elecciones generales del 2012, supuestamente formarían la receta para evitar la llegada al poder del PP.
CCOO y UGT argumentan su firma diciendo que han conseguido suavizar lo que pretendía el gobierno inicialmente, una edad de jubilación uniforme de 67 años. Que al conseguirse un acuerdo, han salvaguardado la capacidad negociadora de los sindicatos. Que el acuerdo lleva consigo un compromiso sobre la negociación colectiva que consiste en respetar la ultraactividad de los convenios.
En realidad, traiciones como esta no sólo facilitan la llegada al poder de la derecha, es que hacen lo contrario de lo que proclaman sus perpetradores. Lejos de mantener el poder institucional de los sindicatos, lo están minando. Ante los trabajadores, el que CCOO y UGT no sólo firmen algo que es un retroceso con respecto a la situación actual, sino que acepten precisamente el punto que hasta ahora consideraban intocable, la jubilación a los 67 años, los deja totalmente desacreditados. Y como esto se produce en el contexto de desmovilización que vivimos, en realidad lo que hacen CCOO y UGT es aumentar el impacto de las campañas antisindicales de la burguesía.
No había ninguna necesidad objetiva de reformar a la baja las pensiones. Todos los argumentos "demográficos" han sido demolidos por los investigadores serios. A principios de los años 90, ya nos contaban lo mismo, que el sistema se derrumbaría en la primera década del siglo XXI. Todo es mentira, sólo excusas para desmantelar un sistema que sigue teniendo superávit, pero que por un lado se constituye en una "carga", un "coste laboral" insoportable para las empresas, y en un modo de inmovilizar ingentes masas de dinero que así no se convierten en capital ni rinden beneficio.
Haber acabado firmando un nuevo retroceso sin lucha no es una victoria, por más que se diga que no ha sido "todo lo que quería el gobierno". No porque haya sido un paripé, el gobierno no planteaba un máximo para negociar, realmente quería poner los 67 años como edad de jubilación, sino porque la experiencia de la última década y media nos demuestra que la burguesía usa cada paso aprobado de su plan como escalón para el siguiente. Desde1985 hasta ahora, con González, con Aznar y con Zapatero, no han dado un paso atrás.
Se trata de hacerle el trabajo sucio a la derecha. Rajoy puede dedicarse a montar convenciones para repartirse los ministerios, seguir sin decir una palabra del programa que adoptaría si llegara al poder y limitarse, a guisa de reivindicaciones, a pedir el chocolate del loro, como es que se elimine un complemento de pensiones para los diputados que disfrutan sólo alrededor de 80 de los más de 3000 que ha habido hasta ahora, a favor de cuyo mantenimiento había votado recientemente. Aunque Rajoy está de acuerdo con el recorte, aunque el pacto de Toledo recomendaba un recorte y en él está el PP, la traición de CCOO y UGT permite a los medios reaccionarios hacer propaganda antisindical (ahí están ABC, El Mundo y La Gaceta denunciando la "traición a los jóvenes trabajadores") mientras Rajoy puede seguir cómodamente acostado esperando que el poder le caiga en el regazo.
UN PASO HACIA EL "GRAN PACTO SOCIAL"
En las últimas semanas, se ha ido levantando un clamor entre los "creadores de opinión" de la burguesía, periodistas y economistas de la prensa española y europea, así como entre políticos de distintos partidos, sobre la supuesta necesidad de un "gran pacto", de una alianza de todos, porque "es sólo entre todos que podremos salir de esta". Se habla de que este pacto debe incluir no sólo jubilación, sino también la negociación colectiva, la reconversión de las cajas, la política energética, la reducción del déficit de las autonomías y los ayuntamientos y completar las privatizaciones y mercantilizaciones de los servicios públicos que quedan.
Es inimaginable algo más despreciablemente demagógico. Es la frase del Rey en su discurso de Navidad del 2008, que "todos debemos tirar del carro en la misma dirección" convertida en programa político. Como si no viviéramos en una sociedad capitalista, desgarrada por intereses contradictorios, en la que todo lo que la clase trabajadora ceda es en beneficio exclusivo de la clase capitalista. Este pacto sería un compinchamiento entre todos los explotadores contra la clase trabajadora.
Este acuerdo de pensiones, que tiene detrás al PSOE, CCOO y UGT, CEOE y CEPYME, y seguramente acabará teniendo al PP es un primer paso hacia este acuerdo, cuyo único objetivo es sacudir el peso de la crisis sobre el trabajo para mayor gloria del capital. Por eso también, este pacto es una TRAICIÓN.
Los trabajadores conscientes deben, al tiempo que organizan la resistencia contra el plan, denunciar abiertamente a las burocracias de CCOO y UGT como TRAIDORAS. Sólo cómplices podrían decir lo que Cayo Lara, Coordinador de IU, ha afirmado que no va a "enfrentarse con los sindicatos" sino tener con ellos una "fraternidad de clase". ¿De qué clase?
NADA ESTÁ DECIDIDO AÚN
El documento de reforma de las pensiones que el gobierno va a presentar al parlamento para su aprobación como ley lleva también la firma de los secretarios generales de CCOO y UGT. Pero todavía tiene que pasar el trámite parlamentario, Congreso, Senado y de vuelta al Congreso antes de salir en el BOE. Esto puede durar hasta junio. Este es el plazo que la clase trabajadora de todos los pueblos del Estado Español tenemos para organizar un movimiento de rechazo tan fuerte como para parar la agresión.
Hay que protestar a todos los niveles, dentro y fuera de CCOO y UGT, en las secciones sindicales, en los Comités de Empresa y Juntas de Personal, y también desde todos los demás organismos populares, asociaciones, vecinales, de consumidores, ecologistas, feministas, todos, contra este robo sin precedentes.
La izquierda sindical, confederal y nacionalista, debe tomar la iniciativa. Debe hacerlo sin irresponsabilidad, tomando en consideración no sólo la enormidad de la traición y la amplitud del descontento, sino también la todavía escasa capacidad de respuesta y movilización, como reflejaron la desigual participación en las huelgas generales en Galiza, Comunidad Autónoma Vasca, Nafarroa y Catalunya del día 27. CGT tiene una responsabilidad especial en esto.
Hay que tomar como ejemplo Francia. Cuando Sarkozy comenzó el trámite para lo mismo, aumentar la edad de jubilación, comenzó una movilización obrera, y luego popular y estudiantil extraordinaria. En ningún momento hubo ninguna convocatoria de huelga general, como frecuentemente decían los periodistas españoles, que no se enteran de nada. Sin embargo, los equivalentes franceses a nuestras secciones sindicales, comités y sindicatos de rama y departamentales tomaron todo tipo de iniciativas, jornadas de acción, huelgas, manifestaciones, etc, sin esperar las órdenes de arriba, que no llegaban, ni de la CGT, ni de la CFDT, ni de FO (confederaciones sindicales comparables desde todos los puntos de vista con CCOO y UGT).
Primero fue Grecia, luego Francia (y otros); entre todos consigamos que la próxima en enfrentarse a los planes sea la clase trabajadora de España.
Grupo de Comunistas Internacionalistas
29 de enero de 2011
-CCOO Y UGT: ¡TRAIDORES!
IMPIDAMOS QUE SE APRUEBE LA REFORMA DE LAS PENSIONES
Exijamos la retirada:
- del plan de ajuste (recorte a los empleados públicos y congelación pensiones)
- del plan de reforma de las pensiones y de la reforma laboral
-Por la jubilación a los 60 años con contrato de relevo
-Por la jornada laboral de 35 horas semanales sin reducción salarial, para trabajar todos
-Prestación para el 100 % de los desempleados, indefinida hasta encontrar empleo
-Plan de movilizaciones sostenido en el tiempo que unifique la lucha
-ir a otra huelga general
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