domingo, 13 de marzo de 2011

declaración conjunta Clase contra Clase y Grupo de Comunistas Internacionalistas:

¡HAY QUE ROMPER EL PACTO SOCIAL!
¡ABAJO EL ACUERDO SOCIAL Y ECONÓMICO!

(Declaración repartida por CcC y GCI en la manifestación estatal en Madrid contra el pacto social celebrada el 12 de marzo de 2011, convocada por CGT y la plataforma "paremosles los pies").

El pasado día 2 de febrero se firmó el "Acuerdo Social y Económico" (ASE), un pacto "de unión nacional" que unía a la patronal, CEOE y CEPYME, los sindicatos CCOO y UGT y al gobierno, en las medidas "necesarias" para sacar al país de la crisis. 
 
Que la crisis la paguen los trabajadores.
Y encima con la firma de los sindicatos.
La crisis mundial que comenzó con la crisis financiera del 2007 sigue profundizándose. Todavía no hemos llegado al fondo.
Tres décadas de ofensiva neoliberal permitieron al capitalismo una aparente recuperación, no exenta de recurrentes crisis financieras y regionales. Los ataques a los trabajadores, la restauración capitalista en los paises estalinistas, el aumento de la expoliación en todo el mundo semi-colonial, la desregularización financiera, la expansión del crédito... han sido el recetario para seguir “creciendo” a costa y en contra de los trabajadores. La actual crisis está poniendo en cuestión todos estos mecanismos. El capitalismo mundial busca un nuevo patrón de crecimiento en base a profundizar la ofensiva de los últimos 30 años. No necesita una nueva vuelta de tuerca, necesita apretárnoslas totalmente a la clase trabajadora.
Los Gobiernos de Europa y EEUU han estado a la cabeza de operaciones de rescate milmillonarias. Se ha salvado a la banca y las grandes patronales, mientras se dejaba caer en el paro y la miseria a miles de trabajadores. Ahora, para pagar los rescates pasados y los posibles futuros, para mejorar la “competitividad” y permitir que los beneficios empresariales se recuperen... se quieren barrer todas las conquistas sociales de la clase trabajadora. Lo estamos viendo aquí, en Grecia, Francia, Irlanda, y también en EEUU en cada vez más estados, como el de California o en Wisconsin.
Zapatero estuvo dos años dejando que la crisis por sí sola dejara en la calle a dos millones de trabajadores. Pero en mayo de 2010, con acuerdo de la Unión Europea y los EE.UU, lanzó el ataque más despiadado. Primero fue el decretazo que recortaba los salarios de los empleados públicos y congelaba las pensiones. Luego, el decretazo, seguido por su tramitación como ley por procedimiento de urgencia, de la reforma laboral. Más tarde, fue la retirada de la ayuda especial a los desempleados, encubierta bajo un ataque a los derechos laborales de los controladores aéreos, un sector particularmente impopular, como ensayo de futuros asaltos contra el derecho de huelga. Y finalmente, la guinda ha sido el ASE, que fundamentalmente es el recorte de las pensiones. Todo esto mientras se "reforman" las cajas de ahorros con el objetivo de su liquidación y entrega a la banca privada.
Todas las medidas anteriores se imponían a golpe de "decretazo", es decir, sin acuerdo con nadie y sin ni siquiera esperar a aprobarlas en el parlamento (aunque los decretos-ley tengan que ser sancionados por las Cortes más adelante). Lo nuevo es que el ASE está firmado por CCOO y UGT.
No es que CCOO y UGT sean nuevos en esto de firmar retrocesos para la clase trabajadora. Han firmado acuerdos sociales y reformas laborales regresivos a manta. Estuvieron de acuerdo con el rescate de la banca con dinero público, la formación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Salvaron los beneficios de la banca a costa de dejar al estado casi en la quiebra. Aceptan toda la lógica del "sacrificio de todos" (es decir, de los trabajadores) para salir de la crisis. Pero esto ya es el colmo. Ahora han sido ellos mismos los que han firmado la elevación a los 67 años de la edad de jubilación, algo que decían que nunca aceptarían (han roto la resolución en tal sentido del último congreso de UGT). ¡Es hora de pararles los pies!

Los verdaderos líderes de la campaña antisindical
CCOO y UGT parecen estar compitiendo con los medios de comunicación de derechas en su campaña antisindical. Antes de la huelga general del 29 de septiembre, estos medios llamaron prácticamente a la ilegalización de CCOO y UGT (Federico Jiménez Losantos la pidió) por estar preparando "actos ilegales", piquetes y cosas así. Estos periódicos y televisiones de derechas hicieron campaña a favor del esquiroleo, "por el derecho al trabajo", acusaron a CCOO y UGT de ser sindicatos "políticos", que convocaban una huelga general ¡de acuerdo con Zapatero! y que sólo buscan el beneficio de su enorme aparato de liberados. Su objetivo no era luchar por sindicatos democráticos, sin tantos liberados, sino que los trabajadores abandonen los sindicatos.
Pero las burocracias sindicales de CCOO y UGT tienen una táctica aún mejor. Ante los decretazos de Zapatero en Mayo, que de acuerdo con la Unión Europea y Obama, recortaban el salario de los empleados públicos y congelaban las pensiones, llamaron a una huelga sólo de empleados públicos que fue al desastre. Ante el decretazo y luego la aprobación como ley de la reforma laboral en junio, se esperaron a hacer una huelga general en septiembre. Y cuando el gobierno puso un plazo para reformar las pensiones elevando la edad de jubilación obligatoria a los 67 años, supuestamente el único punto innegociable para los sindicatos, ¡acabaron firmándolo en el plazo que se les puso!
¿Porqué pueden hacer todo esto? Porque hasta ahora la clase trabajadora permanece expectante. En primer lugar porque la crisis golpeó tan rápido, con tantos cierres y ERE´s, con tantos despidos, aumentando a un 20 % el paro, que buena parte de la clase trabajadora sigue paralizada. Y por otro lado porque estos dirigentes vendidos han hecho todo lo posible por evitar que saliera a la lucha, dosificando cuidadosamente las jornadas de protesta y “mandando a casa” a los millones que pararon y salieron a la calle el 29S. ¡Hay que romper el “hechizo”!

A por una respuesta del conjunto de la clase trabajadora
Cada paso que da el gobierno contra los trabajadores es un nuevo punto de apoyo que consigue para avanzar más en recuperarse de la crisis a costa de las conquistas obreras. Cada paso más que den dificulta la respuesta de los y las trabajadores/as.
La traición cometida por las cúpulas de CCOO y UGT amenaza con desmoralizar a muchos trabajadores. La izquierda sindical tiene una gran oportunidad y por tanto responsabilidad en esta coyuntura. CGT es sin ninguna duda, la parte fundamental de la izquierda sindical, por su tamaño, su implantación en el conjunto del estado y en las principales ramas económicas y grandes empresas, tanto privadas como públicas. Pero de la izquierda sindical también forman parte CIG y LAB, el SAT y muchos pequeños sindicatos implantados en sectores determinados. Todos deberíamos aprovechar esta coyuntura para redoblar los esfuerzos hacia una respuesta generalizada. Para ello CGT debe tener una política de manos tendidas, tanto hacia la izquierda sindical y los sindicatos nacionalistas de izquierda como hacia los colectivos críticos dentro de CCOO y UGT que comienzan a formarse contra la traición de sus direcciones. De lo que se trata es de conseguir que la movilización empiece y alcance un impulso que haga que se autoalimente. Encuentros como el realizado en Madrid el 22 de enero o la jornada de lucha del 27 de ese mismo mes son una muestra del camino que debemos emprender para ir constituyendo un polo de referencia combativo en el movimiento sindical.
Desgraciadamente, muchas veces en lugar de pensar en la necesidad de suscitar la movilización más amplia y contundente posible, hay un conformismo con la mejora de los resultados electorales. Pero lo importante es cómo se consigue esto y cómo convertimos los votos en fuerza militante en las empresas. No podemos adaptarnos a los prejuicios antisindicales que crecen en enormes sectores de la clase trabajadora fruto de la política de CCOO y UGT, al revés, hay que combatirlos. Si lo que se quiere es ser una herramienta para la movilización, se trata de levantar la línea que permita avanzar y unir al máximo en la lucha.
La CGT cumplió con su deber apoyando con todas sus fuerzas la huelga general del 29 de septiembre. No pudimos desbordar aquel paro de 24h, por la sencilla razón, que CCOO y UGT bloquearon toda posibilidad de continuidad y porque, a pesar del éxito de la jornada, hace falta mucho más que un día de huelga para que la clase se recupere de años de paz social.Aún así fue un paso para el futuro. Ahora de lo que se trata es de ir construyendo una alternativa de lucha desde las bases, para imponer el fin de la paz y el pacto social. Es el mejor camino para soldar la unidad de todos los trabajadores dispuestos a luchar -incluidos aquellos que se encuentran en CCOO y UGT y los que no están sindicados- y poder así llevar adelante una lucha contundente contra los Toxo y Méndez hasta conseguir recuperar los grandes sindicatos como herramientas de lucha contra el gobierno y la patronal, y no como instrumentos para hacer tragar sus políticas a los trabajadores. A esta lucha tenemos que sumar a aquellos sectores que los burócratas sindicales ni organizan ni defienden. Los parados, los trabajadores inmigrantes, la juventud precaria... millones que padecen la crisis de manera aún más aguda y que debemos apoyar para que logren organizarse y sumar así “savia nueva” a lucha contra los ajustes.
Solo con una política unitaria anclada en los centros de trabajo podremos levantar la alternativa de lucha que necesitamos, peleando de esta forma al mismo tiempo a las direcciones de CCOO y UGT y la campaña anti-sindical que la derecha mediatica y política está tratando de infundir en nuestras propias filas.

Por un programa de emergencia
La CGT afirma que el problema no es el neoliberalismo, sino el capitalismo. Por eso creemos que es necesario librarse de la idea de que la culpa de la crisis la tienen "los banqueros" por hacer inversiones demasiado arriesgadas, o el "neoliberalismo" por recortar tanto los salarios que baja el consumo y la economía queda paralizada. Lo que está en la base de todos los problemas es que el capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción, la producción con el objetivo del beneficio, ha llegado a un impasse. La enorme productividad del trabajo no se deja medir ya por la ridícula vara del valor. La rentabilidad del capital exige cada vez más la destrucción de todas las conquistas sociales, la elevación de la tasa de explotación hasta límites astronómicos. No estamos ante una crisis coyuntural, estamos ante todo un período de ataques. Lo que la clase trabajadora se juega en los próximos años, aquí y en el resto del mundo, es el ser o no ser. Y por lo tanto debemos levantar un programa que realmente haga pagar la crisis a los capitalistas, o nos salvamos nosotros o se salvan ellos.
Para ello rechazamos el discurso “decrecionista” de que el problema es que producimos y consumimos demasiado. El capitalismo -con 4,7 millones de parados y con sueldos submileuristas por doquier- está por sí solo reduciendo el consumo de la clase trabajadora. Los millones de trabajadores con sueldos de miseria o en el paro no creemos que puedan entender esta alternativa como una solución a sus problemas. El capitalismo no se ve afectado por "protestas" como huelgas "de consumo".
Lo que es necesario es que la CGT y toda la izquierda sindical levantemos un programa anticapitalista sin complejos. Un programa que tenga las siguientes medidas urgentes, entre otras:

-Nacionalización de la banca y todo el sistema financiero. Porque hay que buscar los recursos donde están, porque ellos se enriquecieron cuando era la hora de las vacas gordas, y siguen haciéndolo cuando llega la de las vacas flacas.
-Nacionalización de las grandes empresas. Porque siguen aprovechándose, porque despiden cuando siguen teniendo beneficios, porque ya es hora de que su riqueza vuelva a los que la produjeron.
-Control obrero de la producción y la distribución. Derecho de veto de los comités de empresa sobre toda decisión que afecte a los trabajadores, apertura de los libros de cuentas. Tanto en las empresas que se nacionalicen, como en las privadas y públicas existentes, porque no nos fiamos de ellos.
-Escala móvil de salarios y horas de trabajo. Trabajar menos para trabajar todos y reparto del trabajo: por las 35 horas semanales en cómputo semanal y sin reducción salarial. Porque no se puede permitir condenar a toda una generación al paro.
-Salario mínimo de 1200 €, pensión mínima igual, subsidio de paro indefinido hasta encontrar trabajo. Porque los trabajadores no tienen porqué sufrir la crisis de un sistema inhumano que los condena a la miseria cuando la productividad económica permitiría una vida digna para todos.
-Por el derecho a la vivienda. Paralización de todos los embargos bancarios, hipotecas y alquileres no superiores al 15% del salario. Nacionalización de todas las viviendas vacías de los especuladores y creación de un parque público de vivienda en alquiler gestionado por los trabajadores y los usuarios.
-Por la unidad de las filas obreras. Abajo las leyes de extranjería, papeles para todos. Eliminación de todos las modalidades de contratación precaria, subcontratas y ETTs. Todos fijos a plantilla.

Estas medidas no nos las va a regalar ningún Gobierno del PSOE ni del PP, solo las conseguiremos fortaleciendo la capacidad de lucha y organización de los trabajadores hasta lograr que dejen de gobernar los banqueros y patronos y empecemos a hacerlo los trabajadores. La lucha por que la crisis la paguen los capitalistas ha de apuntar por lo tanto a la lucha por un Gobierno de los trabajadores, el único capaz de dar respuesta a nuestras necesidades más acuciantes y al conjunto de demandas democráticas y económicas de los pueblos del Estado español.

¡La revuelta árabe nos marca el camino!
Más allá de las debilidades de la revuelta, las enormes movilizaciones que están sacudiendo los países árabes ponen de nuevo la revolución a la orden del día. El poder de la movilización popular vuelve a mostrarse. Primero fueron Grecia, Francia, Portugal, Irlanda, los trabajadores europeos luchando contra los planes del capital. Ahora, los pueblos árabes se libran de los tiranos a sueldo del FMI. ¡Es nuestro turno!

Clase contra Clase (FT-CI) y Grupo de Comunistas Internacionalistas. 
11 de marzo de 2011

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