domingo, 28 de junio de 2015

tras el 24M:

Tremendo desbarajuste en el sistema de partidos,
fuerzas “alternativas” al frente de municipios clave;
pero ¿un paso adelante para la clase trabajadora?


El resultado de las elecciones municipales y autonómicas del 24M, celebradas cerca del primer aniversario de la abdicación de Juan Carlos, ha sido a la vez previsible y sorprendente. Previsible porque se inscribe en la tendencia, a la desestabilización del conjunto del sistema de partidos del régimen, una tendencia marcada por las europeas pero que se apuntaba desde antes. Y sorprendente, porque era imposible preveer las combinaciones concretas a las que iban a dar lugar los resultados.
Los dos partidos que han sido el puntal del régimen caen estrepitosamente, fundamentalmente el que tiene la responsabilidad del gobierno y por lo tanto la de los recortes; pero los resultados no son tan simples como para decir que suben los dos que se plantean como recambio. Por todas partes han obtenido magníficos resultados las candidaturas llamadas “de unidad popular”: las alcaldías de Madrid y Barcelona, así como Valencia y Zaragoza son sus símbolos.. Pero, ¿qué significa esto para la clase trabajadora? Porque estas candidaturas ni se reivindican obreras ni socialistas. Por el contrario, se postulan como “ciudadanas”. Es decir, no son de “unidad popular”, expresión que parece sugerir la unidad de los explotados y oprimidos contra los explotadores, sino de Frente Popular, que representa la unión de los explotados con los explotadores autodenominados “democráticos”.
¿Cómo continuar la lucha por el socialismo en este marco?

sábado, 13 de junio de 2015

¡VIVA LA HUELGA INDEFINIDA
DE LOS TÉCNICOS DE MOVISTAR
(CONTRATAS, SUBCONTRATAS, FALSOS AUTÓNOMOS)!

La crisis capitalista mundial que comenzó en 2008 está destinada a poner todo patas arriba. No sólo está causando terremotos en las alturas políticas. Por abajo, a pesar de que aún no haya desencadenado una oleada de luchas obreras, ya está poniendo en jaque a los elementos clave de la situación en que 20 años de medidas neoliberales nos han dejado.
Tomemos la subcontratación (“tercerización” para los latinoamericanos, “outsourcing” en inglés). Se ha tratado de un movimiento internacional e imparable. Todas las grandes empresas del mundo se han deshecho de gran parte de su personal, que reaparece como empleados de “pequeñas empresas” que realizan servicios para la matriz. De este modo, la fuerza de la plantilla que venía de su número y concentración en el mismo centro de trabajo se debilitaba enormemente. Donde antes había una plantilla de miles sometida al mismo empleador, quedaba una minoría con buenas condiciones trabajando directamente para la multinacional y una multitud de contratados y subcontratados trabajando para patrones dispersos, en empresas tan pequeñas que no parecía factible la actividad sindical, que los “postmodernos” comenzaron a considerar “obsoleta”, propia de los tiempos del “fordismo”, del “obrero de la cadena” y no del “obrero-masa” o la “multitud”.
Desde luego esto no era más que una ficción jurídica. En la vida real, la relación capital-trabajo permanecía la misma, los trabajadores creaban valor con su trabajo, una parte mayor de éste quedaba sin pagarse y se transformaba en beneficio. Es como si todos siguieran siendo trabajadores de la gran empresa pero substancialmente abaratados. Se suponía que la subcontratación permitía bajar los costes laborales permanentemente por indefensión de los trabajadores.
Y en esto, ¡los trabajadores de las contratas, subcontratas y (falsos) autónomos que trabajan para Telefónica-Movistar se ponen de huelga indefinida!