jueves, 9 de julio de 2015

Referéndum en Grecia:

EL NO GRIEGO CONMOCIONA EUROPA

UN RECHAZO ROTUNDO

A LA TROIKA, AL EURO Y A LA UNIÓN EUROPEA

ahora, a evitar que el gobierno Tsipras le de la vuelta al resultado y lo convierta en apoyo al nuevo ajuste

Izquierda, manifestación de masas en la plaza Syntagma de Atenas para celebrar el NO el día 5. Derecha, cortejo del EEK (Ergatiko Epanastatiko Komma, Partido Revolucionario de los Trabajadores) 

El referéndum del pasado 5 de julio ha sido un triunfo espectacular para el pueblo griego: un 61 % de OXI (oji, no) frente a un 38% de NAI (sí). Aunque lo que se votaba era si aceptar o no la propuesta de las “instituciones” (nuevo nombre para la Troika) para Grecia, tanto partidarios como detractores identificaron la consulta como a favor o en contra del euro y la misma Unión Europea. Y el resultado ha sido aplastante, rompiendo todas las previsiones. Si sumamos los votos nulos (la mayoría siguiendo la indicación del KKE) el resultado es un rechazo abrumador, de 2/3 del pueblo griego a la UE mientras sólo los sectores más privilegiados se han aferrado al sí.


La Troika estrangula a Grecia

Como ya explicamos en su momento (ver aquí), el gobierno Tsipras surgido de las elecciones del 25 de enero marcó un hito histórico. Fue el primer gobierno establecido en un país de la Unión Europea que se constituía con el objetivo explícito de parar la política de ajuste salvaje que las instituciones europeas estaban imponiendo en todas partes desde el inicio de la Gran Recesión.

Pero al mismo tiempo explicamos que este gobierno tenía una tarea imposible, una verdadera cuadratura del círculo: pretendía abandonar la austeridad, parar los memorandos, liberarse de la tutela de la Troika (UE, BCE, FMI) pero al mismo tiempo no salir de la Unión Económica y Monetaria. Mejorar la situación de los trabajadores y el pueblo y al mismo tiempo no afectar al euro en cuyo nombre se infligen todos los ataques.

Y explicamos que esto era así porque Syriza es un partido procapitalista, no un partido anticapitalista. Explicamos que Syriza está por el socialismo, sí, pero ese objetivo queda para las calendas griegas. Mientras tanto se afanan en salvar al capitalismo griego. Para dejar esto claro, gobiernan en coalición con un partido de derecha extrema, ANEL.

Así que el gobierno griego envió a su excéntrico ministro de finanzas, Yanis Varufakis, a negociar con la Troika. Pero iba con un brazo atado; desde el principio dijeron que no emprenderían ninguna medida “unilateral”, que todo lo harían de mutuo acuerdo. Sólo pedían una reestructuración de los pagos de la deuda y que se piense en la posibilidad de una quita.

Todo el mundo sabe que la deuda griega tendrá que ser reestructurada y que al final habrá una quita. Incluso el gobierno norteamericano, que no participa directamente en la negociación, se permite decirlo abiertamente. Incluso un informe del FMI, cuya salida a la luz intentaron retrasar hasta después del referéndum, lo dice. Lo que pasa es que lo que los gobiernos europeos no querían era darle la razón a Tsipras y Varufakis. Aunque se presenten como corderitos a las discusiones, su misma existencia, como gobernantes europeos elegidos sobre la base de oponerse a la austeridad, era una provocación, un peligro. Había que machacarlos y humillarlos. En esto se han esforzado al máximo.

Ya vimos una primera muestra el 20 de febrero cuando el chantaje financiero del BCE hizo que Tsipras aceptase la aplicación de un nuevo plan de austeridad, con todo lo que lleva implicado (aumento del IVA al consumo, recortes salariales a los empleados públicos, despidos, recortes a las pensiones, aumento de la edad de jubilación, privatizaciones, recortes en gastos sociales.... ). Pero la Troika quería más.

El 22 de junio consiguieron que Tsipras y Varufakis aceptasen un nuevo plan. La indignación se extendió no sólo en la propia Syriza (donde un grupo considerable de diputados amenazaron con no votarlo) sino sobre todo en el pueblo. Es sobre el telón de fondo de esta indignación que Tsipras hizo su jugada el 27 de junio convocando un referéndum a una semana vista, para consultar al pueblo sobre si aceptar o no el nuevo trágala de la Troika, en el momento en que se acaba el “rescate” y llega el plazo de un pago al FMI (pago que por cierto no han hecho, siendo el primer país desarrollado que falla un pago en la historia de la institución y colocando a Grecia al borde de ser declarada en default).



Argumentos de los usureros

El telón de fondo de los ataques de la Troika contra Grecia ha sido una terrible campaña propagandística con el objetivo de legitimar las pretensiones de los usureros. Alemania, la principal acreedora de Grecia, es también la principal suministradora de prejuicios sobre el país, que los medios de derechas españoles difunden con fruición.

Así, se nos está diciendo que los griegos no trabajan, que no pagan impuestos, que todo el mundo está prejubilado, que el gasto en pensiones es el mayor de Europa y que la corrupción y el clientelismo están muy extendidos. Y para colmo, se dice que las estrecheces que pasan ahora con el “corralito” son el resultado de tener un gobierno “radical”, que pasaría lo mismo si aquí ganara Podemos.

En realidad, son exactamente los mismos prejuicios que se difundieron en su momento contra Portugal y España. ¿Los griegos no trabajan? Echan más horas que los alemanes. La media de horas anuales trabajadas en Grecia es la mayor de Europa, de 2042 en 2014, mientras que la alemana es de 1371 y la española 1689. ¿Que no pagan impuestos? Cierto, en Grecia los ricos evaden sistemáticamente su obligación, como lo hace la mayoría de los profesionales liberales. Nada distinto a lo que pasa en el resto de Europa. Pero la recaudación de impuestos griega en relación con el PIB es mayor a la media europea, a la de España y a la de Alemania (es del 45,8%, frente a 45,2%, 37,8% y 44,6% desde luego, debido más a la reducción del PIB con los rescates que a una verdadera eficacia recaudatoria). En Grecia, como en España, los que de verdad pagan impuestos son los trabajadores asalariados con nómina.

¿Muchas jubilaciones anticipadas? Sí, como en España, debido a los muchos cierres y despidos. ¿Mucho gasto en pensiones, el 17% del gasto total del estado? Claro, porque el gasto en pensiones sólo se ha reducido un poco mientras el gasto estatal lo ha hecho drásticamente (y sin embargo, el 25% es para pagar el rescate a la banca). Pero en realidad estamos hablando de un país en el que la pensión media es de 875 €, en el que casi la mitad de las pensiones están por debajo del salario mínimo... Se habla de la corrupción, “endémica en los países mediterráneos”. Es verdad que hay muchos corruptos, pero ¿qué hay de los corruptores? Son empresas alemanas como Siemens o Krupp las que han sido condenadas por pagar sobornos para conseguir condiciones ventajosas en Grecia.

En realidad, toda esta basura es profundamente obscena cuando se habla de un país que sufre una debacle social como la que está pasando Grecia.

Grecia se endeudó cuando las cosas iban bien, cuando entró en el euro (hoy sabemos que con cuentas falsificadas), cuando se permitían gastos en Olimpiadas, etc. Este endeudamiento fue claramente “odioso” como acaba de demostrar la comisión internacional establecida al efecto por el gobierno Tsipras: se compraron armas alemanas al doble de su precio, etc. Todo, no lo olvidemos, realizado por los gobiernos de Nueva Democracia (ND), el partido de derechas equivalente al PP. Los problemas no comenzaron en Grecia sino cuando estalló la crisis de las hipotecas subprime en EEUU que desató la Gran Depresión, que se transmitió a Europa como crisis del euro y de la deuda (ver aquí). Cuando la subida de las primas de riesgo dejó a Grecia sin posibilidad de financiarse en el mercado es cuando empezó a tener problemas para pagar los intereses de su deuda, en manos sobre todo de bancos alemanes, franceses, italianos y españoles, por este orden. Y aquí llegaron los dos “rescates”. Estos “rescates”, verdaderos salvavidas de plomo, no han salvado sino hundido al país, con una bajada catastrófica de su PIB (un 24% acumulado) y un aumento aún más astronómico del peso de la deuda en relación con dicho PIB. A quien han rescatado ha sido a los acreedores privados, los cuales, a partir del segundo rescate, a cambio de una quita (no tenían más remedio que aceptarla porque era evidente que Grecia no pagaría) han pasado la mayor parte de su deuda a manos de los estados. Ahora los gobiernos de la UE pueden imponer medidas draconianas a Grecia justificándose que están intentando recuperar dinero “de los contribuyentes”. Aplican las medidas de ajuste y austeridad, contenidas en los famosos “memorandos” a Grecia con el pleno apoyo de los gobiernos griegos de ND y PASOK porque la burguesía en cualquier caso exige esas mismas medidas. La chantajean con medidas como el corte ilegal de la financiación que ha efectuado el BCE provocando un “corralito” durante la semana electoral. Pero no son tan duros con la banca privada de sus propios países, que en toda Europa ha sido “rescatada” a un costo mucho mayor, también a costa de los “contribuyentes”. Por ejemplo, cuando Rajoy nos dice que los griegos nos deben 550 € a cada español, no menciona que el rescate de la banca española nos costó casi cinco veces más. Y a ver cuándo nos va a pagar.

Por eso, el movimiento obrero de los demás países europeos debemos contrarrestar estas mentiras y demagogia, pronunciarnos por la solidaridad con el pueblo y la clase trabajadora griegos y exigir a nuestros gobiernos que condonen la deuda con Grecia.



Una semana de vértigo

La convocatoria del referéndum cogió desprevenida a la Troika. A quién se le ocurre, ¡poner estas cosas a votación! Como dice nuestra ministra de agricultura, “las urnas son peligrosas”. La Troika y con ella todos los medios de comunicación europeos incluyendo los griegos, comenzaron una campaña ruidosa: Tsipras es un irresponsable, pervierte la democracia, lo que los griegos tienen que hacer es pagar sus compromisos...

La autoridad moral de los que hacen estos ataques es nula. La Comisión Europea que preside Juncker es un órgano no electo. El presidente del Banco Central Europeo, Draghi, estuvo a la cabeza de la rama europea de Goldman Sach, el banco de inversión norteamericano que maquilló las cuentas griegas para permitirle entrar en el euro. En cuanto al Fondo Monetario Internacional, sólo recordar que sus dos presidentes anteriores fueron Rodrigo Rato y Dominique Strauss-Kahn, que pasan más tiempo en los juzgados que fuera... y todo indica que lo mismo le sucederá a Lagarde.

Pero nada de esto puede servir para embellecer a Syriza. El objetivo de Tsipras no es usar el referéndum para romper con la UE sino todo lo contrario, como baza para la negociación con ella. De hecho, durante la semana de campaña, envió una carta aceptando las propuestas, con matices, de la Troika. Incluso sus matices son reaccionarios: se opone a reducir el presupuesto de defensa y las exenciones de impuestos para los armadores (el sector más fuerte de la burguesía griega), ambos temas muy sensibles para su socio de gobierno, ANEL. Lo mismo ha ocurrido con el dictamen de la “Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública de Grecia” que ha reunido, declarando a la deuda griega como “odiosa” y pidiendo que no se pague; Tsipras pasa de la comisión y multiplica las declaraciones diciendo que va a pagar hasta el último euro. Todo es postureo encaminado a fortalecer su posición en Bruselas.



¿Qué se votó en el referéndum?

En el referéndum formalmente no se votaba la salida de la Unión Europea, ni siquiera la salida del euro. Lo que se votaba es la aceptación del plan de la Troika para más ajuste y austeridad. Pero esto es una formalidad. El país entero se ha polarizado.

La convocatoria del referéndum fue aprovechada por las fuerzas burguesas griegas ligadas a la Unión Europea (ND y el PASOK socialdemócrata) para poner en marcha un “movimiento cívico” a favor del sí.Nos quedamos en Europa” ha celebrado varias manifestaciones grandes (pero siempre menores a las del no). Todos los dirigentes imperialistas, jefes de gobierno europeos, Juncker, Hollande, Rajoy, llamaron a votar sí para evitar el “caos” que significaría la salida de la UE. Usaron las dificultades económicas (el “corralito”) que el chantaje financiero aplicado por el BCE está causando a Grecia como palanca para reunir a la pequeña burguesía asustada alrededor de esta bandera.

Por el contrario, el no ha polarizado a toda la clase trabajadora y las clases populares. El voto no burgués ha sido despreciable (ANEL ha llamado a votar no y los nazis de Amanecer Dorado votaron en el parlamento a favor del referéndum y se pronunciaron por el no, pero ambos apenas han hecho campaña).

Por eso, en el pueblo, en la calle, el verdadero significado del referéndum era: oji (no), contra el euro y la Unión Europea, a favor de la clase trabajadora o nei (sí) a favor de la Troika y la burguesía griega. Lamentablemente no toda la izquierda griega lo vio así.



¿Cómo reaccionó la izquierda griega ante la convocatoria del referéndum?

Como hemos dicho, el objetivo de Tsipras al convocar el referéndum no es apoyarse en el pueblo para desafiar a la Troika, sino conseguir una posición negociadora más ventajosa. ¿No significa eso que votar no es apoyar de alguna manera al gobierno Syriza-ENEL?

Eso es lo que pensó el Partido Comunista de Grecia, KKE, la principal fuerza de oposición por la izquierda, con gran implantación en el movimiento sindical.Llamaron a votar nulo, con una papeleta que ellos mismos imprimieron. Toda una constelación de grupos maoístas, incluyendo algunos dentro de ANTARSYA, con argumentos similares, llamaron a la abstención.

Esta táctica en lugar de fortalecer a la clase trabajadora, la debilita. Desde luego que no se debe apoyar al gobierno burgués de frente popular Syriza-ANEL (aunque tampoco a la vuelta al dracma bajo el capitalismo, aunque sea con un “gobierno popular” como dice el KKE). Pero en la situación actual de la lucha de clases en Grecia, todo lo que es reaccionario y ligado a la UE está echando la casa por la ventana para apoyar el sí. Esto incluye a la dirección socialdemócrata del sindicato del sector privado GSEE (aunque no a la del sector público, ADEDY). Mientras que en la conciencia popular, el no es mucho más que rechazar una propuesta concreta. La victoria del no fortalece a las masas populares para ir mucho más allá de lo que Tsipras está dispuesto a ir.

Por eso la posición correcta fue la del NO antieuro, antiUE y anticapitalista que levantan organizaciones trotskystas griegas como el EEK, la OKDE y la OKDE-Spartakos (lamentablemente, Antarsya no hizo una campaña todo lo efectiva que debiera haber sido por las contradicciones que tiene en su interior entre los partidarios de la abstención, del no a favor del dracma y del no anticapitalista. Analizamos a la izquierda griega en nuestra hoja anterior).

Si hubiera ganado el sí, habría sido un duro golpe. Pero no irrecuperable. El sí significaría aceptar unas medidas de la Troika que llevarán a corto plazo a Grecia a un nuevo desastre social, a pesar de que, con la previsible caída del gobierno Tsipras y la llegada de un nuevo gobierno “amigo”, con toda seguridad la Troika comenzaría a negociar la reestructuración y la quita que todos saben inevitables.



Las dos estrategias burguesas para Grecia que están detrás de las discusiones

La clave para comprender el laberinto griego es ser consciente de que en realidad hay dos estrategias burguesas en liza. Lo que las principales fuerzas políticas presentan al pueblo griego como alternativas son en realidad dos modos de resolver la crisis sobre las espaldas (y el sudor) de la clase trabajadora:

Los partidos tradicionales (la derecha ND y la socialdemocracia PASOK) así como el “centrista” To Potami (“El Río”, estilo Ciudadanos), así como el movimiento “Nos quedamos en Europa”, se alinean con la Troika defendiendo la austeridad, es decir, la deflación: recortar los gastos del estado y, sobre todo, aumentar la explotación de la clase trabajadora (con sueldos más bajos, peores condiciones, menos pensiones...) permitirá reactivar las empresas y exportar; de ese modo, se recuperarán los beneficios y la capacidad recaudatoria del estado con lo que se podrá pagar lo que sea de deuda. Es la solución de la deflación, manteniendo el valor de la moneda.

La Plataforma de Izquierdas de Syriza, pero también, vergonzantemente, el KKE y un sector de ANTARSYA (¡pero también los nazis de Amanecer Dorado! Y por cierto, la plana mayor de los economistas keynesianos como el francés Piketty o los norteamericanos Galbraith jr, Krugman y Stiglitz) defienden salir del euro y volver al dracma. Eso provocaría una devaluación catastrófica: mejoraría enormemente la capacidad exportadora de Grecia (varios de los sectores más importantes de la economía griega están muy volcados a la exportación, sufrían por el alto precio de sus productos medidos en euros, ya que Grecia es menos productiva que otros países de la UEM). También abarataría los precios internos de Grecia, lo que sería bueno para el turismo. De este modo, y quizá, sueñan algunos, con financiación de Rusia y/o China, el país levantaría cabeza. El problema es que los precios de todos los productos importados se pondrían por las nubes y que en general habría una gran tendencia inflacionista interna, a la que la clase trabajadora haría frente con salarios denominados en una moneda sin valor y que siempre quedarían a la zaga de los aumentos de precios. De ese modo, se aumentaría la explotación por la vía de la reducción del salario real pese al aumento del nominal. Se trata de la solución inflacionista.

Ninguna de las dos soluciones es “progresista”. Las dos son soluciones capitalistas. Las dos tienen como objetivo último restaurar la rentabilidad del capital. La primera es por la que aboga toda la burguesía de los países imperialistas europeos y también la mayoría de la burguesía griega. La segunda es por la que aboga la pequeña burguesía y también la burocracia política y sindical de las organizaciones obreras, autodenominadas “de izquierda”.

Como Trotsky dijo en “Un programa de acción para Francia” (1934):

Un sector de ésta quiere hacerlo mediante la inflación, es decir mediante la emisión de papel moneda, la devaluación de los salarios, el alza del costo de la vida, la expropiación de la pequeña burguesía; otro sector confía más en la deflación, o sea en la disminución del nivel económico de los trabajadores (rebaja de los salarios y sueldos), ampliación del desempleo, ruina de los pequeños productores agrarios y de la pequeña burguesía de las ciudades.

Ambas alternativas significan más miseria para los explotados. Optar por uno u otro de estos métodos capitalistas equivaldría a elegir entre dos instrumentos con los que los explotadores se preparan para degollar a los trabajadores.

La clase trabajadora debe rechazar ambos proyectos y levantar el suyo propio: romper no sólo con el euro y la UE, romper con el capitalismo, por el socialismo, por los Estados Unidos Socialistas de Europa.



Y ahora, ¿qué hacer?

El pueblo griego ha obtenido un triunfo resonante, abrumador. Pero corre el riesgo de verse despojado del triunfo. El júbilo en las calles es enorme y contagioso, todo el mundo siente, correctamente, que han abofeteado a la UE. Pero Tsipras recuerda que ya aceptó todas las medidas de austeridad durante la campaña, dimite a Varufakis para eliminar un obstáculo al pronto acuerdo y ya ha pedido el tercer rescate.

Hay que cortar esta maniobra. Hay que salir del euro y de la Unión Europea. Hay que hacerlo voluntariamente, no esperar que Alemania prepare su plan de “Grexit”. Eso lo debe hacer un nuevo gobierno, porque el de Tsipras - Varufakis - Kammenos está comprometido hasta las trancas con el euro y en realidad ya vació al referéndum de sentido al aceptar la propuesta de las instituciones por adelantado.

Un gobierno que rompa con el euro y con las instituciones debe ser un gobierno surgido de abajo, de las movilizaciones obreras y populares. Debe ser un gobierno de frente único, que represente todas las sensibilidades del movimiento obrero que se han opuesto a los memorandos.

Hay que convocar congresos y asambleas de los trabajadores en lucha, de las empresas ocupadas, de los estudiantes, etc, ir constituyendo un congreso del pueblo frente al congreso burgués de la plaza Syntagma.

Hay que pedirle a la Plataforma de Izquierdas de Syriza que rompa con su partido y constituya un frente con el KKE y ANTARSYA con el objetivo de establecer un gobierno provisional de los trabajadores. Este gobierno debe declarar que la deuda no la contrajo el pueblo y es impagable. Este gobierno saldría inmediatamente del euro y de la UE. Eso provocaría una devaluación terrible pero deberían tomarse medidas drásticas, anticapitalistas, para evitar que los sufrimientos caigan de nuevo sobre la clase trabajadora. Tendrá que nacionalizar la banca, las grandes empresas y el sector exterior bajo control obrero y popular, para impedir la fuga de capitales (que ya ha sido masiva), y comenzar un plan de emergencia para satisfacer las reivindicaciones populares, comenzando por controlar los precios mediante comités de obreros, empleados y campesinos para evitar la hiperinflación. Un gobierno que declare odiosa la deuda y se niegue a pagarla. Un gobierno que disuelva las fuerzas represivas y organice inmediatamente la autodefensa obrera y popular (Grecia está azotada por bandas nazis, el 50% de los policías de Atenas votó por Amanecer Dorado, un antiguo jefe del estado mayor declaró a la prensa durante la campaña que los militares “patrióticos” deberían actuar si ganase el no. Hay una simbiosis total entre Troika, nazis, ejército, policía y judicatura). Un gobierno que apele no a los otros gobiernos sino a los trabajadores y sectores populares de Europa y más allá. Un gobierno en suma, que abra el camino al socialismo.

Nada de esto se podrá conseguir si no se avanza en el camino de reconstruir un partido comunista revolucionario internacionalista, la sección griega unificada de la IV Internacional reconstruida.

Como ha declarado Savas Michael-Matsas, secretario general del EEK, el objetivo es que en 2017 no sólo celebremos el centenario de la revolución de octubre, sino su vuelta. Grecia tiene todas las papeletas para comenzar la revolución socialista europea que es la consecuencia necesaria y también la única salida para la Gran Recesión que comenzó en 2008 y no tiene visos de acabar.

Grupo de Comunistas Internacionalistas, 9-VII-2015

  • CONVERTIR EL NO DEL REFERÉNDUM EN UN NO AL EURO Y A LA UNIÓN EUROPEA
  • POR UN FRENTE ÚNICO DE LOS SECTORES DEL MOVIMIENTO OBRERO CONTRARIOS A LA UE: PLATAFORMA DE IZQUIERDAS DE SYRIZA-KKE-ANTARSYA
  • POR UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES QUE NO PAGUE LA DEUDA, ROMPA CON EL EURO, SALGA DE LA UE, NACIONALICE BANCA Y COMERCIO EXTERIOR Y CONTROLE LOS FLUJOS DE CAPITAL
  • POR LA SOLIDARIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA EUROPEA E INTERNACIONAL: EXIJAMOS LA CANCELACIÓN DE LA DEUDA GRIEGA CON NUESTROS PAÍSES

2 comentarios:

  1. Me parece muy acertado el análisis crítico sobre las 2 alternativas (la deflacionista y la inflacionista) que tratan de encontrar la salida a la crisis a través del sacrificio de la clase trabajadora. Pero proponer como solución progresista el "Socialismo a secas, de implantación express", sin analizar en profundidad los graves problemas que puede sufrir un país como Grecia, con una estructura productiva e industrial extremadamente débil, en su camino al Socialismo, es de un hiperoptimismo ingenuo bastante grave. La vía al socialismo express puede llevar a los mismos problemas que la salida inflacionista, y está por ver que los precios se puedan controlar a través de comités de obreros (una Grecia "socialista" tendrá que importar petróleo, por ejemplo, con una moneda "socialista" devaluada, y eso provocará un alza tremenda en el nivel general de precios, y la imposición de precios artificialmente bajos tendrá como efecto colateral la escasez de bienes de consumo "socialistas"). Pienso, como conclusión, que habría que profundizar más en el análisis de los problemas económicos que se generarían durante la transición al Socialismo; tal vez debamos pensar en una etapa, más o menos larga, que aúne elementos de economía capitalista, con medidas que avancen hacia la planificación económica y el Socialismo, al menos hasta que se den condiciones más favorables a nivel internacional para la construcción de una economía socialista en Grecia, en Europa, y en el mundo. Digamos que una actualización para el siglo XXI, y para la periferia europea acorralada por las potencias capitalistas acreedoras, de la NEP de Lenin.

    Dejo un enlace a mi blog, en él subo algunos artículos de economía:

    http://elbauldepolitica.blogspot.com.es/

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  2. Es un comentario pertinente. En Grecia no se trata ya de la propaganda general acerca del socialismo. En Grecia estamos ante una situación prerrevolucionaria que puede transformarse en revolucionaria en cualquier momento, quizá por una explosión provocada por la furia popular ante el engaño a que ha sido sometida por Syriza que primero monta el referéndum y luego firma el mismo plan de ajuste o peor que le ofrecía la Troika.
    Nosotros no estamos planteando ningún "socialismo exprés". No tenemos idea de cómo de rápido irá la transformación socialista. Lo que estamos planteando son medidas de autodefensa, urgentes, rápidas, que tendría que aplicar cualquier gobierno que salga del euro. Porque eso sí, nos parece que es evidente que cualquier estrategia socialista en Europa comienza saliendo del euro (lo explicamos en http://grupocomunistasinternacionalistas.blogspot.com.es/2011/12/tormenta-sobre-el-euro.html). Nosotros hemos criticado a Corriente Roja por ir a las elecciones europeas con la consigna central de un referéndum sobre el euro. Criticamos centrarse tanto en el euro porque corre el riesgo de caer en una posición de "capitalismo nacional", tan popular hoy en la izquierda reformista griega: todo se arregla volviendo a la divisa nacional. Pero al mismo tiempo es imposible aplicar medidas de urgencia para paliar la situación del pueblo y comenzar la transición al socialismo sin romper con el euro... y de paso con todos los tratados europeos.
    En ese sentido, no podemos estar de acuerdo con el primer post de tu blog en el que, frente a las terribles represalias que tendría que sufrir un país que rompa con el euro propones que de lo que se trate es de "sentar en la mesa de negociación a los acreedores centroeuropeos y ejercer la suficiente presión social y política para que se vieran obligados a hacer fuertes concesiones". La revolución griega no puede triunfar sin una considerable solidaridad desde fuera, pero esa solidaridad difícilmente podrá conseguir lo que propones. Desde el momento de que se trate de una revolución socialista, las represalias económicas y hasta militares son inevitables; como lo serán los estallidos de guerra civil interna contra la propia burguesía. La verdadera solidaridad desde la clase trabajadora europea no será sólo que ésta se movilice por la condonación de la deuda griega con sus países, contra cualquier represalia económica, contra la intervención militar, sino que también se contagie, que también luche por el poder, porque Grecia es la más afectada por la crisis, pero Portugal estuvo cerca y el próximo estallido de la crisis podría afectar a España, Italia o Francia hasta un punto inimaginable. La única salida son los Estados Unidos Socialistas de Europa.
    La revolución griega forma parte del proceso de la revolución europea. Y desde luego, no creemos en la posibilidad de la construcción del "socialismo en un sólo país". Desde luego, no en Grecia. La salida del euro impondrá fuertes sacrificios. Pero es que la ruptura con el capitalismo, incluso en países ricos con moneda propia, incluso en Gran Bretaña, en Japón o en los mismos EEUU impondría fuertes sacrificios. Es que salir de la OTAN -porque hay que salir de la OTAN, ¿no?- también impondrá sacrificios. Nosotros no prometemos salidas indoloras. A lo que nos oponemos es a sacrificarnos no por nosotros mismos sino por recuperar la tasa de beneficio del capital. Ya lo dijimos en nuestro manifiesto para las elecciones europeas: http://grupocomunistasinternacionalistas.blogspot.com.es/2014/04/manifiesto-ante-las-elecciones-europeas.html.
    El triunfo de la revolución griega podría contagiarse a otros países. Si la revolución triunfase en estos países, suavizarían enormemente la situación en Grecia. Esto es lo que esperaron los bolcheviques de la revolución europea detonada por la revolución rusa. No ocurrió así, con consecuencias desastrosas. La razón fundamental fue la falta de partido revolucionario en Europa Occidental, singularmente en Alemania. Que no vuelva a pasar.

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